De manera similar a los lagos, las fuentes nacen de deshielos y de manantiales.
Su menor tamaño les permite crear
pequeñas pero hermosísimas
zonas, rincones de verdadero ensueño que evaden el alma y embriagan
los sentidos de quienes
tienen el privilegio de contemplarlos…
El suave murmullo del agua al deslizarse, la hojarasca caída,
musgos y líquenes creciendo donde el agua tiene la bondad de
caer,
el inconfundible aroma… Es sin lugar a dudas una zona de increíble
paz, que adormece el movimiento, que emana
quietud, tranquilidad… Es
algo único y maravilloso, un verdadero regalo de la Madre Naturaleza… Un
regalo del que Vd.
mismo puede disponer en su propio hogar gracias a
nuestro esfuerzo y dedicación…
Incluya en su jardín una de nuestras fuentes y sorpréndase
del increíble efecto que logrará…
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